
No tienes que comprender el funcionamiento de la mente para poder llegar a tener un estado real de conciencia. Los problemas de la mente no se resuelven a nivel mental, el estudio de la locura no es suficiente para generar la cordura.
Tu mente se ha construido en función de la realidad que han percibido tus sentidos y a esto es a lo que llamamos ego, aquel que controla tus supuestas necesidades y convierte las circunstancias de tu alrededor en problemas, sufrimiento y disgustos.

Acaba con la ilusión del tiempo
La clave para dejar de ser tu mente es acabar con la ilusión del tiempo ya que, creemos que el pasado nos da una identidad y que el futuro contiene una promesa de salvación, de alguna realización.
Nada ocurrió en el pasado; ocurrió en el ahora.
Nada ocurrirá en el futuro; ocurrirá en el ahora.
La clave de la dimensión espiritual
La razón por la que a algunas personas les gusta practicar deportes de riesgo, como la escalada, carreras de coches o parecido es que, aunque no sean conscientes de ello, esa actividad les obliga a estar en el presente: en ese intenso estado de gran vivacidad en el que se está libre del tiempo, libre de problemas, libre de pensamientos, libre de las cargas de la personalidad.
Accede al poder del ahora
Por tanto, rompe la vieja estructura de resistencia al momento presente, de negación del presente.
Observarás que el futuro suele imaginarse como mejor o peor que el presente. Si el futuro imaginario es mejor, te da esperanza o expectativas placenteras. Si es peor, crea ansiedad.
Ambas son ilusorias.
La auto observación permite la entrada automática de más presencia en tu vida.
Ha entrado en juego otro factor que no es mental: la presencia del testigo.
Mantente presente como observador de tu mente, de tus pensamientos y emociones, así como de tus reacciones a las diversas situaciones o personas y presta atención de cuántas veces te vas al pasado o al futuro.
Entonces sentirás algo más poderoso que todas las cosas observadas: la presencia misma, serena y observante que vive detrás de tus contenidos mentales: el observador silencioso.
La locura del tiempo psicológico
El tiempo psicológico es la identificación con el pasado y la continua proyección compulsiva hacia el futuro.

El tiempo del reloj no se limita a concertar una cita o planear un viaje. También incluye aprender del pasado para no repetir los mismos errores una y otra vez; establecer objetivos y avanzar hacia ellos; predecir el futuro mediante pautas y leyes aprendidas en el pasado, sean físicas o de otro orden, y emprender las acciones apropiadas en función de nuestras predicciones.
El momento presente sigue siendo fundamental: cualquier lección del pasado se vuelve relevante ahora y se aplica en el ahora. Cualquier planificación y esfuerzo por conseguir un objetivo particular se hace ahora.
Mantente alerta para no transformar el tiempo del reloj en tiempo psicológico.
Negatividad y sufrimiento
Normalmente el futuro es una réplica del pasado.
El pasado se perpetúa a sí mismo por la falta de presencia.
Toda negatividad está producida por una acumulación de tiempo psicológico y una negación del presente. Inquietud, ansiedad, tensión, estrés, son aspectos del miedo, y todos ellos están producidos por un exceso de futuro y falta de presencia. Culpa, lamento, resentimiento, pena, tristeza y todas las demás facetas de la falta de perdón están causadas por un exceso de pasado y una presencia insuficiente.
En último término solo hay un problema: la mente ligada al tiempo.
Ilusiones mentales
No se trata de resolver tus problemas.
Más bien se trata de que te des cuenta de que no hay problemas.
Solo hay situaciones, situaciones que han de ser afrontadas o que han de dejarse como están y aceptarse como parte de la cualidad de este momento hasta que cambie o no puedan tratarse de algún modo.

Acabas sintiéndote tan agobiado por tu situación de vida que pierdes la sensación de la vida, del Ser. Llevas en tu mente la pesada carga de un centenar de cosas que tendrás que hacer en el futuro, en lugar de centrar tu atención en lo único que puedes hacer ahora.
Cuando creas un problema creas un dolor.
Ante una verdadera emergencia, la mente se para; estás totalmente presente en el ahora y algo infinitamente más poderoso asume el control.
En cualquier situación de emergencia, se trata de supervivencia, no hay problemas.
Esta afirmación es una amenaza para tu sentido de identidad.
La alegría de ser
¿Hay alegría, fluidez y ligereza en lo que estoy haciendo? Si no la hay, el tiempo encubre el momento presente y percibimos la vida como una carga o como un esfuerzo.
Eso no significa necesariamente que tengas que cambiar lo que haces. A veces, basta con cambiar la manera de hacerlo. Trata de conceder mucha más atención a lo que haces que al resultado que esperas obtener.
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