Todos tenemos una historia de amor, de esas que nos impactan desde muy jóvenes, de esas que perseguimos y que cuando no funcionan recordamos para siempre.
Muchos lo consideran el primer amor, ese que recuerdas con ternura y que te enseño a luchar por lo que querías.
Pero que lindo que a veces a pesar de las distancias, a pesar de todos los obstáculos, el amor acaba ganando y el hilo rojo que nos une permanece tenso atrayendo almas destinadas a estar juntas.
Una gran recompensa de no tirar la toalla.
Usoa conoció a quien debía convertirse en su compañero de caminos cuando apenas estaba empezando a andar por él, lo intentaron, lo dejaron, lo volvieron a intentar.
Traspasaron fronteras, superaron miedos, desistieron… espero que su historia te motive a continuar que nada más que por las sonrisas merece la pena escuchar.