Ernesto, desde Puerto Varas, una ciudad muy al sur de Chile y muy al sur del mundo nos cuenta lo increíble que puede llegar a ser vivir conectado con la naturaleza.
Un hombre acostumbrado a trabajar desde siempre, relajado ante la seguridad de un sueldo que de pronto ve su vida dar un vuelco para enfrentarlo a lo que siempre había deseado en silencio, ser el dueño de su propia vida.

Hoy, vive en una casa hermosa al lado de un lago que le brinda la serenidad y la energía que necesita para levantarse cada mañana, motivado, a perseguir sus sueños junto a su familia.
Nos lleva a la reflexión, y es que la mayoría de las veces, son esos empujones en los que creemos que caemos al vacío los que nos muestran la verdadera realidad y los que nos impulsan a conseguir aquello que deseábamos de verdad.
Lo importante es tener a la vista el primer escalón ya el resto de la escalera irá apareciendo poco a poco según vamos subiendo al seguir en la inercia del movimiento que nos brinda la primera acción.
Suelta las ataduras.
«Cuando la vida te de limones… sube el volumen y prepara un cubata»